martes, 15 de noviembre de 2011

El criado

“Érase una vez, en Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.
Aterrado, el criado volvió a casa del mercader.
-Amo -le dijo-, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.
-Pero ¿por qué quieres huir?
-Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.
El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
-Muerte -le dijo acercándose a ella-, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?...”
La única respuesta que obtuvo de la Muerte, fue el mismo gesto de amenaza que recibió el criado. El mercader sintió como un escalofrío recorría todo su cuerpo, nunca había experimentado algo así, presa del pánico, volvió corriendo a su casa, cogió un caballo y con la esperanza de poder burlar a la muerte, se dirigió a la ciudad de Ispahán.

Al anochecer se encontraba bajo el gran arco que daba acceso a la ciudad, no había nadie, todo estaba demasiado tranquilo, en una esquina vió a un mendigo, tenía un aspecto estraño y la oscuridad no dejaba ver su rostro bien. Se dirigío hacia él, después de ver de cerca a la muerte nada podía ser peor.

-Estoy buscando a mi criado, vino ayer desde Bagdad con uno de mis mejores caballos. Te daré unas monedas de plata si me dices donde puedo encontrarlo.

-Si, lo recuerdo bien, no llegan muchos forasteros a la ciudad últimamente, se donde puedes encontrarlo, en la plaza que está junto a la mezquita, allí están todos.

-¿Que quieres decir con todos?

- Ya lo verás, y no quiero tu dinero, ya no me hace falta -le dijo mendigo riéndose mientras se daba media vuelta y se marchaba tapando su rostro-.

El mercader desconcertado, se dirigió hacia la plaza, no se cruzó con nadie por las calles, parecía que la ciudad estaba desierta. Según se hacercaba iba viendo como una luz se hacía cada vez más intensa en el interior de la plaza.

Al doblar la última esquina y ver lo que estaba sucediendo, lo comprendió todo, la luz era una gran hogera en la que estaban quemando cuerpos de fallecidos y entre ellos pudo distinguir el de su criado, era la peste, en ese mismo instante se dió cuenta que era imposible huir de ella, la Muerte estaba en todas partes.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La cocina de la escritura

Bienvenidos al blog, en él iré publicacando diferentes entradas relacionadas con la asignatura "Expresión oral y escrita" que estoy cursando en la UPSAM.

En esta primera entrada, voy a comentar cual ha sido mi experiencia con la escritura hasta ahora, y que para ser sinceros, ha sido excasa, algo de lo que no me encuentro satisfecho. Me he limitado a lo estrictamente necesario, tanto en el colegio como en la universidad y posteriormente en el desarrollo de mi trabajo, además en la mayoría de los casos han sido escritos relacionados con temas técnicos, en los que primaban más los datos que la sintaxis, aunque siempre he intentado ser cuidadoso a la hora escribir, prestando atención a la ortografía y al buen uso de las palabras.

Sin embargo, si me considero aficionado a la lectura, me gusta leer desde que era pequeño, creo que me enganché leyendo tebeos, como casi todos, y de momento sigo leyendo sobre todo novelas y libros de historia.

Si es cierto que me gustaría dedicar algo de mi tiempo a escribir y creo que el blog es una buena oportunidad para hacerlo, también para aprender y mejorar a la hora de plasmar nuestras ideas sobre el papel. En mi caso algo que me dicen con frecuencia es que soy algo escueto en las cosas que escribo, y espero mejorar en ese aspecto.